Espuela de Plata, sello de la editorial sevillana Renacimiento, que dirige Abelardo Linares, acaba de reunir en dos cuidadísimas ediciones los principales textos publicados por el periodista y escritor sevillano Manuel Chaves Nogales sobre la Guerra Civil. El «Tom Wolfe español», como lo califica su biógrafa y autora de estas dos ediciones, María Isabel Cintas, publicó algunas de estas crónicas en periódicos franceses e ingleses, que han sido traducidas al español. Antonio Muñoz Molina, que firma el prólogo, afirma que «”La defensa de Madrid” es un libro que quema entre las manos y provoca en igual medida la admiración y escalofrío. Está escrito en 1938, a una cierta distancia ya de los hechos que cuenta, pero tiene el temblor de urgencia de una crónica dictada a toda velocidad en el momento mismo en que las cosas suceden». Y añade: «Chaves Nogales está en todo, lo ve todo y está en todo y hasta descubrir ese libro yo estaba seguro de que los mejores testimonios sobre la defensa de
Madrid eran los de Arturo Barea y Max Aub. Chaves está a la altura de cualquiera de los dos».
La catedrática María Isabel Cintas, que anoche presentó esta obra en la biblioteca Infanta Elena, en un acto organizado por el Centro Andaluz de las Letras, coincide con las apreciaciones de Muñoz Molina y destaca que en este libro el general Miaja, que se quedó a cargo de la defensa de Madrid sin un ejército organizado y sin Gobierno, adquiere las proporciones de un héroe, «deteniendo la entrada de Franco en Madrid durante tres años». Según Cintas, en los textos de Chaves Nogales se refleja también que «Miaja detuvo las ejecuciones y las matanzas y puso orden en el caos de Madrid siendo consecuente con el trabajo al que se había comprometido delante de un pueblo como el madrileño completamente desmoralizado que había hecho gala de su desprecio por la disciplina militar y que hasta entonces había acabado con casi todos los mandos del Ejército».
El Chaves «que está en todo y lo ve todo» fija su mirada en pequeños detalles dentro de esa gran tragedia que fue la guerra civil: una chica muy joven está en las barricadas animando a los milicianos cuando una bala de los sublevados se cruza en su camino y le siega la vida. Chaves Nogales enfoca entonces su cuerpo menudo, envuelto en trapos negros, tendido inerte en el suelo y que marca precisamente el punto exacto que el ejército de Franco no lograría cruzar hasta tres años después. Este libro está acompañado, además por las ilustraciones originales con que aparecieron publicados en una revista de México algunos de estos textos y que firmaba Jesús Helguera, un dibujante mexicano, descendiente de españoles que fue un ilustrador muy popular en su época.
«Crónicas de la Guerra Civil», que prologa el historiador Santos Juliá, recoge 31 artículos de Chaves Nogales publicados entre agosto de 1936 y septiembre de 1939 en publicaciones francesas e inglesas. Más allá de si Chaves estuvo o no presente durante los primeros meses de la defensa de Madrid, las crónicas describen el desarrollo de la guerra desde los dos bandos. Según Cintas, intenta mantener una «postura imparcial en los acontecimientos», aunque Chaves fue un declarado defensor de la República y se vio obligado a escribir la mayoría de ellas desde el exilio.
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