Ha registrado un 38% de aumento de usuarios en un año y crece una afición que supone algo más que leer un libro.
Está situada en una especie de triángulo cultural, junto al antiguo Pabellón del Perú hoy Centro de Investigaciones Científicas y el Teatro Lope de Vega, justo a la vera del Parque de María Luisa. Rodeado de árboles, este edificio obra de los galardonados arquitectos Cruz y Ortiz, alberga la Biblioteca Infanta Elena. En sus depósitos, 160.000 libros, más de 17.000 audiovisuales, y más de 6.000 documentos sonoros son sus ofertas para los 219.000 visitantes que hasta septiembre habían pasado.
Su directora, Anabel Fernández, dice que tienen todo tipo de lectores, «además de aficionados a la lectura, tenemos estudiantes, a los que reservamos un sitio, jubilados que vienen a tomarse un café y a leer el periódico, y por supuesto ahora mucha gente en paro que prepara oposiciones». Pero además en la biblioteca se reúnen aficionados a la lectura en nada menos que 18 clubes de lo más variopintos: de novela negra, de inglés, francés e incluso uno de literatura norteamericana bajo el nombre de «Gran Gatsby». El aumento de usuarios es constante. Si en 2012 los mensuales rondaban una media de 7.000 personas, hoy se alcanzan los 11.000. El número de usuarios ha subido un 38% en un año.
Sólo identificarse
Cualquier persona puede tener acceso a la biblioteca tan sólo tiene quepresentar su carnet de identidad o pasaporte. Jubilados como Fermín, que llega todos los días tras su paseo para leer el periódico y descansar, o como algunas personas menos favorecidas que viven en la calle y se pasan algunas horas en la biblioteca. «Nunca hemos tenido un problema con ellos. Se ponen a ver películas. En alguna ocasión les hemos llamado atención sobre la limpieza, pero fue puntual», dice la directora.
Lo que ocurre en la ciudad también tiene su efecto colateral en la biblioteca. Por ejemplo, el reciente estreno de «Aida» en el Teatro de la Maestranza hizo que muchos usuarios pidieran la biografía de Verdi, «en el hit parade de los libros prestados inevitablemente están los que salen por la tele -indica Anabel Fernández- como "Las sombras de Grey", pero también entre los más leídos, Pérez Reverte o Jesús Carrasco».
La narrativa y la novela negra son los géneros más usados por los lectores, y últimamente, como anécdota, un libro titulado, «Manual de ortografía para preparar oposiciones». Y otro dato: los libros de autoayuda están tan demandados, que los han sacado a una estantería externa para facilitar el uso. La directora piensa que en un futuro el usuario podría descargarse libros electrónicos, pero de momento, el tradicional es el rey. «Incluso en los últimos tiempos hay quien pide un audiolibro y se lo pone en el coche. Mientras conducen van escuchando un relato de Allan Poe».
Noticia recogida de ABC de Sevilla 18 de noviembre.
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