Allí donde no actúa el gobierno central ni las comunidades autónomas, allí donde no aparecen ni las autoridades provinciales, ni locales, es donde acuden los voluntarios, cubriendo una incapacidad cada vez más manifiesta y por tanto una necesidad cada vez más imperiosa, de satisfacer las necesidades sociales que los poderes públicos no satisfacen. Una de estas necesidades sin resolver tiene que ver con la educación, y tiene que ver con la desprotección educativa de ciertos grupos sociales. Es lo que trata de paliar el proyectoBiblioamigos de Sevilla, emprendido por Almudena Díaz Requena, trabajadora y educadora social, y voluntaria desde los 16 años.
“El objetivo del proyecto es fomentar la escritura y la lectura en Sevilla, sobre todo en zonas de riesgo de exclusión, y también promover el conocimiento de los agentes de la ciudad de Sevilla que promueven la escritura y la lectura, como las bibliotecas, las revistas, las instituciones públicas, como el Centro Andaluz de las Letras. Realmente trabajamos en red con todas las entidades culturales y todas las que estén relacionadas con el mundo social o el mundo literario”.
Según cuenta Almudena, dicho proyecto surgió en la Asociación Ocnos de Amigos de la Biblioteca Pública Infanta Elena , donde se realizan programas de voluntariado en animación a la escritura y a la lectura. Esta actividad la realizan un grupo de voluntarios en residencias de ancianos y centro de menores. Ella es la encargada de gestionar el voluntariado. “Se me ocurrió hacer un proyecto un poco más ambicioso de gestión del voluntariado, y me presenté a una convocatoria del proyecto social de la Fundación Telefónica para jóvenes de entre 15 a 25 años. Se presentan muchos proyectos de toda España y se eligen 300. El mio fue uno de los proyectos elegidos. A partir de ahí hice un proyecto de voluntariado más grande en la Asociación Ocnos, pero como teníamos escasez de recursos, decidimos abrirlo a otras entidades. Esto significa que la Asociación Ocnos es una de las asociaciones que participan pero que el proyecto Biblioamigo Sevilla está compuesto por distintas entidades, como asociaciones que tienen que ver con la literatura o con el mundo social, o empresas que suelen ser editoriales o que están relacionadas con la comunicación”.
El proyecto se traduce así en, por ejemplo, determinadas actividades de animación a la escritura y a la lectura enfocada hacia la infancia en riesgo de exclusión, y que se realizan en colaboración con laAsociación Alternativa Abierta. “Se dirigen a niños de familias desestructuradas, disfuncionales, a veces no son disfuncionales sino que simplemente tienen falta de recursos económicos, y que son atendidas por los servicios sociales”. “Tenemos una programación durante todo el año de actividades de voluntariado con distintos colectivos. Con el colectivo de la infancia este año vamos a estar en elbarrio de la Bachillera. Hemos elegido esta zona por el perfil del grupo que está allí, que es un grupo bastante receptivo a las nuevas actividades. El próximo que queremos hacer será con personas mayores, también queremos hacer otro con mujeres, otro con personas discapacitadas…”.
El proyecto también asume la responsabilidad de formar a los voluntarios que pretenden participar en los diversos programas. “Hubo mucha demanda. Hemos formamos ya a 20 voluntarios. Fue un grupo muy heterogéneo, por un aparte había gente joven que acababa de terminar la carrera o que la estaba terminando, carreras de perfil social normalmente, y también había un perfil de personas de entre 30 a 50 años, gente interesada en la cultura y en el voluntariado, también escritores, gente relacionada con el mundo de la literatura”.
La intención es repetir el curso el año que viene, aunque, como comenta Almudena, encargada de la formación de los voluntarios, no es imprescindible para ser voluntario pero si que otorga prioridad sobre aquellos que no lo han realizado. “El curso ofrece la biografía básica del voluntariado en animación a la lectura y a la escritura con los distintos colectivos. Por ejemplo, tenemos un bloque dedicado a la infancia, otro a la drogodependencia, otro a los mayores. El curso también trata sobre las actividades prácticas y recursos que hay actualmente para la animación en la escritura y la lectura. Ahora mismo hay mucha bibliografía relacionada con la infancia, pero en el resto de sectores no, entonces ha habido una especie de experimento, de buscar mucho por la red, de ver que proyectos se han hecho por sectores, está muy sujeto a nuevos cambios”.
Varias son las características que considera Almudena necesarias en todo voluntario. “Tienes que tener muchas ganas de aprender cosas nuevas porque como las personas somos tan complicadas, realmente siempre hay cosas que aprender y situaciones nuevas a las que adaptarse. El peor voluntario es el voluntario terco, una persona que se empecine en una cosa o no sea capaz de adaptarse a la situación, a las personas con las que está trabajando, o a la asociación con la que colabora. En segundo lugar están las habilidades sociales, normalmente es algo que se desarrolla y el voluntariado para mi, desde mi experiencia, ha sido la forma más fácil para desarrollarlas. Como trabajas con todo tipo de personas y en todo tipo de situaciones, aprendes mucho a relacionarte y a llevar bien los conflictos. También hay que tener un espíritu joven, que se interese por formarse. Un voluntario tiene que estar continuamente formándose, sobre todo si es con colectivos en riesgo de exclusión, porque hay que entender la problemática”.
Almudena nació en el Puerto de Santa María en 1988, aunque su presencia en Sevilla desde los 6 años la hace sentir como una sevillana más. La motivación que originó su proyecto fue bien sencilla, aunar sus dos grandes pasiones, el mundo de la intervención social y el mundo de la literatura. “Empecé siendo voluntaria con 16 años en una asociación que trabajaba con la infancia. Un profesor mío del colegio donde estudié, San Agustín, estaba muy implicado en temas sociales. Había montado una asociación con sus amigos donde se trabajaba con niños de Torreblanca en riesgo de exclusión social. La asociación se nutría de antiguos alumnos del colegio. Me comentó si quería ir a un campamento de verano de voluntaria y yo le dije que sí. Me encantó la experiencia”. Y así fue como Almudena abandonó su idea de estudiar periodismo por la de estudiar trabajo social. Quizás por ello su currículo es un compendio de grandes intenciones, y expresa un esfuerzo por llevarlas a la práctica, el que representaSave The Children, Proyecto Aldeas o Amnistía Internacional. También estuvo en México como trabajadora social en un centro de atención a las familias y al maltrato, y en Inglaterra trabajando para una ONG que se ocupaba de crear empresas en África. Su relación con la literatura puede verse como un compromiso serio pero que aún está en ciernes. Tras estudiar un curso de tres años de escritura creativa y participar en la realización de un par de libros de relatos, trabaja ahora en publicar el suyo propio. Por todo ello muestra la convicción del científico y del religioso, una especie de confianza fruto de la suma de la experiencia del generoso con la fe del artista, en la capacidades didácticas de la literatura.
Pensando en el futuro, imaginando un tiempo en el que su función social no haga falta porque las virtudes del libro sean fácilmente reconocibles por todos, y sobre todo por los más jóvenes, al menos tanto como estos reconocen las bondades de la tecnología, solo hay que echar un vistazo en los autobuses, en los trenes, en los tiempos muertos que ofrece el día a día de la vía pública para constatar cual es el panorama lector que les rodea, Almudena dice tener la regla de oro para fomentar la lectura, para que ese futuro sea viable. “Si ven a los mayores leyendo, los niños lo harán. Así de fácil. Ya está, no hay más. Si los niños ven a adultos leyendo libros y disfrutando con los libros, ellos leerán. No hay que obligarlos, eso nunca”. Por eso no es nada partidaria de establecer lecturas recomendadas, su sistema se basa más en dejar que la persona cojan los libros por los que se sientan atraídos, y a partir de ahí realizar diferentes actividades que variarán en función del colectivo social al que pertenezcan.
Los voluntarios tienen mucho por hacer, pero también hay mucho por hacer por el voluntariado, para facilitar su labor, para optimizar esa fuerza de voluntad y maximizar la cobertura de todas las necesidades que se puedan cubrir, para lo que se requiere una mejor gestión del mismo. Almudena echa en falta una mayor implicación de la administración pública a través de un mayor fomento del voluntariado. “No se fomenta lo suficiente, simplemente se tienen las actividades del día del voluntariado y el observatorio del voluntariado, que se que existe porque estuve en prácticas en servicios sociales en la parte de cooperación social, que es la que lleva la parte del voluntariado, y la verdad es que no se dinamizaba para nada, se esperaba que apareciera una persona y que dijera que quería ser voluntario, entonces si que se le buscaba algo. La parte privada si se dinamiza mucho. Por ejemplo está la página web hacesfalta.org, que es la mejor página de temas sociales de aquí que existe”.
Mientras sigue con sus actividades y proyectos de voluntariado, esperando que le sea aprobada una segunda convocatoria de éste mismo proyecto para poder así llevar acabo una labor aún más ambiciosa, deriva su futuro profesional hacia el mundo de la responsabilidad social corporativa. Su punto de mira se dirige así hacia las empresas, hacia la adecuación de sus intereses sociales, ambientales y económicos con los de la sociedad.
Aprovechando el día mundial del voluntariado, Almudena anima a la gente a hacerse voluntaria, más que por lo que aporta, que también, por lo que reporta. “El voluntariado te pone en unos retos y en unas situaciones que en tu vida personal no sueles desarrollar. Para mi es uno de los pilares más accesibles para desarrollarte como persona y como profesional”.
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