Por Don Rafael Montoro Laseca.
Estimados Sres, Sras, alumnos participantes y amigos. Bienvenidos a la entrega de premios de la 4º edición del Concurso “Mis letras” de Relatos Cortos de la Asociación Ocnos de Amigos de la Biblioteca Infanta Elena de Sevilla.
Voy a presentarles en primer lugar a los miembros de esta mesa, empezando por la izquierda donde está doña Cristina Brioso Cornejo, presidenta de la Asociación Ocnos, a su lado se encuentra doña Juana Muñoz Choclán, ex directora de la Biblioteca Pública Infanta Elena y vicepresidenta de la Asociación Feria del Libro, por tanto un enlace ideal entre estas dos instituciones, y finalmente un servidor, Rafael Montoro Laseca, miembro de la Asociación Ocnos y entusiasta de promover la lectura y escritura entre los más jóvenes.
Paso la palabra a Cristina Brioso.
Bien, pues después de estas palabras de bienvenida de nuestra presidenta, vamos a comenzar la entrega de premios. Yo quiero antes de nada felicitar a todos los participantes, por escribir y por atreverse a enviar su creación a un concurso, en este caso concebido como una excusa para promover la iniciación a la escritura. Escribir y leer, leer y escribir es obvio que son actividades que ayudan a conocer el mundo, a explorarlo a través de los conocimientos e imaginación de otros autores, pero también a través de nuestra propia imaginación.
En este siglo está ocurriendo una de las revoluciones más importantes de la humanidad, la revolución de la tecnología de la información. Con la invención de la imprenta, el conocimiento se pudo difundir como nunca hasta entonces. Pero el individuo, la mayoría de los individuos, eran receptores de la información creada por un porcentaje ínfimo de la sociedad. Eso sí, estos autores estaban entre los que más conocimiento tenían sobre un tema, fuese científico o de creación artística. Sólo los mejores podían alcanzar al público.
Cuando se inicia la creación periodística, nace una nueva vía de acercamiento a la información. La curiosidad e incluso la necesidad de conocer lo que sucede a nuestro alrededor, conjuntamente con el relativo módico precio de un periódico, permite que el ciudadano pueda acceder a una enorme cantidad de información. Aunque no lea un libro puede saber lo que de él dicen los críticos, aunque no visite un país puede saber lo que de él cuenta un corresponsal, y así sobre cualquier área de interés. Esto permite al lector saber “lo que ocurre”, aunque no con mucha profundidad, no con la misma que si leyera el libro o visitase el país desconocido. Por supuesto, en ocasiones las reflexiones de algunos periodistas, se convierten ellas mismas en obras de erudición y de arte.
Y llegamos a nuestros días. Una vez pagado el peaje del precio del ordenador o del teléfono móvil o del dispositivo que nos conecte a la red, ocurre que empezamos a no pagar por cada trozo de información, sino que se abre a nosotros toda la información. No sólo eso, a través de las redes sociales, todos podemos crear ahora la información, que puede ser interesante para nuestro grupo de interacción, pero que puede ser obtenida por todo el mundo, en el caso de que así lo decidamos.
Debido a ello, aunque como siempre tenemos libertad para acceder o no, para enviar mensajes o no, esa inmediatez y esa posibilidad, se puede convertir en una trampa, en la cual se empieza a intercambiar mucha información, pero de muy poca calidad en bastantes ocasiones. Y lo peor, cogiendo una cantidad de tiempo cada día, que interfiere con la posibilidad de realizar muchas otras actividades. De forma que la información, que debería ser la ventana de comunicación con la realidad, con el mundo, se convierte en una cárcel de comunicación con un reducido número de individuos, con los que antes necesitábamos físicamente del sonido, de la vista o del tacto, y por tanto de unas distancias relativamente pequeñas. Ahora la distancia no existe.
Esta trampa, es especialmente peligrosa para los más jóvenes, y lo es entre otras cosas, porque deja muy poco espacio interior y tiempo personal para la introspección. Y aunque necesitamos de los demás para aprender a conocernos a nosotros mismos, también necesitamos mirar hacia dentro. La escritura es una forma magnífica de hacerlo, y además todo escritor se convierte indefectiblemente en lector, y además en un lector crítico.
Bueno, pues aquí tenemos a algunas jóvenes, que han tenido ese placer de la escritura. Este año son todas chicas, lo que dice mucho en favor de ese sexo, y nos da una indicación de quién mandará dentro de poco tiempo, en una sociedad donde ya no sea la fuerza física, sino el desarrollo intelectual, quien marque las normas.
En esta edición se han concedido tres accésits, lo cual no estaba previsto en un principio. Esto se ha debido a dos circunstancias, en primer lugar porque se han declarado algunos premios desiertos, por lo que se ha invertido el dinero correspondiente a esos premios en los accésits. La otra razón es que algunos de los relatos presentados le han parecido al jurado que eran muy buenos, entre ellos alguno que no cumplía con la extensión mínima de tres páginas que se indicaba en las bases. Por tanto jóvenes, además de escribir bien, tenéis que leer bien para que no os pase esto en la vida.
Bien el primer accésit, es para un relato que narra el nacimiento de una niña, en el que se puede leer:
“Algo desconocido me ciega los ojos, no me deja abrirlos. Cuando por fin logro abrirlos veo a una persona que llora a la vez que me dice…. ¡Eres tú!... ¡La de las patadas!
¡La voz!... ¡Esa voz! Puedo reconocerla … Suena diferente … pero es la voz, esa voz, que tanto tiempo me ha acompañado”
Así describe el nacimiento, la autora del relato “Voces”, Marta Castro Rodríguez, por el que ha obtenido uno de los accésits, y un cheque regalo de 25 euros.
En el siguiente relato la autora se pone en la piel de los refugiados:
“Personas que viven en condiciones infrahumanas a las puertas de un continente como Europa.
Mientras salga el sol tendremos algo de esperanza. Ahora mismo solo queda esperar.
Con frío, en masa, sin dignidad, siendo invisibles. Como si estuviéramos en una lata.”
El segundo accésit es para Raquel Álvarez de Luna León, por su relato “La lata”. Por lo que se le entrega su diploma acreditativo y un cheque de 25 euros.
El siguiente relato cuenta la historia de una chica sorda, les cuento lo que pasa cuando le proponen que se ponga un implante coclear:
“Yo estaba asustada , me lo explicaron todo pero en ese momento pensé en mi vida, y supe que era perfecta tal y como era; ¿porqué tenía que convertirme en alguien que no era? Todos mis amigos eran sordos y no los cambiaría por nada. Me encantaba mi colegio, ya que era como mi casa porque allí me comprendían, no tenía que cambiar por la ignorancia de algunas personas;”
Finalmente no se pone el implante, pero consigue ser profesora de baile, en una academia para niños oyentes y no oyentes. Y según cuenta el relato, ser feliz.
El tercer accésit es para María García Navas, por su relato “Cumple tu sueño”. Por lo que se le entrega su diploma acreditativo y un cheque de 25 euros.
El siguiente relato se sumerge o quizás se eleva, porque ocurre en las nubes, en una interesante fantasía:
“Intentando remendar mi error y consolar a Transparente que sollozaba sin cesar, me dirigí hacia él:
- Creía que nadie se sentaba aquí, lo siento. ¿Qué te pasa?
- Nada. Sólo pretendo que no te rías de mí. – respondió prosiguiendo con su sesión de lágrimas.
- Yo nunca me reiría de alguien tan original como tú.- y era verdad, nunca hubiese imaginado que ese color existiese. Pero lo hacía y era genial.”
El tercer premio en la categoría de 1º y 2º de la ESO es para Isabel Prados Fernández, por su relato “Al final del castillo gris”. Por lo que se le entrega su diploma acreditativo y un cheque de 25 euros.
El siguiente relato se introduce en el diálogo que a veces mantenemos con nosotros mismos, según lo que les comentaba antes de la introspección, este relato sería una introspección dentro de la introspección,
“Evito pensar que si esta entrevista sale bien puede hacer que logre cumplir mi sueño de ser periodista, pero si sale mal me puedo ir olvidando.
Evito pensar ese “y si sale mal …” que me persigue desde que salí de casa.
Prefiero pensar “y si sale bien …” es más motivador.”
El segundo premio en la categoría de 1º y 2º de la ESO es para Tania Alcón Pérez por su
relato “La voz de Lara”. Por lo que se le entrega su diploma acreditativo y su cheque de 50 euros.
Todos sabemos lo útil que es un perro en la caza, pero en este relato se nos enseña lo importante que puede ser también en la pesca:
“Trató de volver a subir, pero tan sólo consiguió no hundirse más, quedándose sumergida donde estaba. Pero aun así siguió luchando. Aunque no consiguiera elevarse ni un centímetro más hacia la luz del sol. Y entonces, repentinamente, una masa poderosa impactó contra su abdomen y comenzó a elevarla. Un poderoso impulso de subida la transportaba de nuevo hacia la superficie. Su perro León, el inútil, el bobalicón, se había sumergido en su búsqueda y ahora la rescataba, liberándola de las tinieblas y devolviéndola veloz hacia la claridad del día. “
El primer premio en la categoría de 1º y 2º de la ESO es para Marta Soto Ojuel, por su relato “La utilidad del perro en la pesca”. Por lo que se le entrega su diploma acreditativo y un cheque de 75 euros.
El siguiente relato también habla de sentimientos, en este caso entre humanos, que suelen ser algo más complicados, pero de los que la autora parece saber algo. Les leo,
“Ella se apartaba el pelo de la cara para que no hubiese ninguna barrera entre tú y ella y, aunque al principio eso podía ponerte de los nervios, ver que sólo necesitaba mirarte para hacerte sentir como en casa era la mejor sensación del mundo. La mejor de las sensaciones si hablamos también de cuando te sonreía, sin venir a cuento; la sonrisa para reconfortarte en un momento duro, la de después de haber reído sin parar, …”
El primer premio dentro de la categoría de 3º y 4º de la ESO es para, Laura Grande Arias, por su relato “Yo no sabía quién era”. Por lo que se le entrega su diploma acreditativo y un cheque de 75 euros.
El segundo y tercer premio de esta categoría, según les comentaba antes han sido declarados desiertos.
Finalmente, le cedo la palabra para terminar este acto de entrega de premios a Doña Juana Muñoz Choclán.
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